Un lobo de crin llamado Aguar� Guaz�
Este animal solitario, esbelto y delgado, de andar desgarbado posee la mala fama de encarnar al mism�simo demonio o ser "lobizones" en las noches de luna llena. La leyenda consiste en la conversi�n del s�ptimo hijo var�n de una familia en lobo (Canis lupus). Estas historias estaban muy extendidas en Europa de donde la trajeron los inmigrantes espa�oles y portugueses a Sudam�rica y supl�an la ausencia con un animal noct�mbulo de extra�o grito y que coincide en su fisonom�a con la del c�nido europeo y con otros caracteres que le asignan al m�tico ser: jorobado, orejas grandes y dientes notables, entre otras particularidades... Fama que pr�cticamente lo llev� a la extinci�n.
Al lobo de cr�n (Chysocyon brachyurus) puede pint�rselo como un c�nido corpulento, de patas extendidas, tronco de menor largo que la alzada, hocico alargado y filoso, orejas pronunciadas, una cola notablemente ancha que no llega a los talones, y dedos con u�as salientes y almohadillas grandes. El cuerpo es de color pardo rojizo, con pelos en la base m�s claros que se oscurecen hacia la punta. Los pelos del borde del hocico como algunos de las orejas son negruzcos. Este animal posee una particularidad, ya que posee una crin que se extiende entre la base del cr�neo y la mitad del lomo. La gran alzada que poseen se debe al desarrollo de sus metacarpos y metatarsos. A este c�nido se lo puede considerar el m�s grande y hermoso c�nido sudamericano.
Su h�bitat est� constituido por pampas y montes abiertos, con abundantes pastizales altos y terrenos anegadizos surcados por arroyos, r�os o cuerpos de agua permanentemente salinos. Actualmente su distribuci�n est� restringida al �rea correspondiente a los climas templado lluvioso y tropical lluvioso, con abundante vegetaci�n que le ofrece durante el d�a una adecuada protecci�n para el descanso ya que por la noche transita por lugares abiertos en procura de su alimento.
El aguar� guaz� es un depredador de h�bitos nocturnos, cuyo ciclo de m�xima actividad transcurre entre las primeras horas del crep�sculo y la medianoche donde siempre sale a cazar solo.
Sus largas extremidades, que elevan su cuerpo, permiti�ndole ver por encima de los altos pastos, y su agudo sentido auditivo representan una importante arma durante sus incursiones nocturnas que le permiten tener bastante �xito en sus correr�as nocturnas.
Al detectar a la presa, este c�nido se abalanza sobre ella, tom�ndola del cuello o por la parte media del espinazo. Si la v�ctima no muere con el primer mordisco, la sacude con violencia hacia un lado y el otro, en forma tan efectiva que la presa sucumbe al instante.
Muerta la presa la lleva a un lugar seguro para comerla. Si no llega a consumirla en su totalidad, esconde los restos bajo tierra o entre arbustos, marcando previamente el lugar con orina, para consumirlos la noche siguiente.
Este c�nido es fundamentalmente un animal carn�voro pero no excluye la dieta vegetariana entre los que prefiere la ca�a de az�car, las ra�ces de diversas plantas, el tomate de monte, los higos, las bananas, la papa cimarrona. Tambi�n consume roedores como ratones, ratas, lauchas, vizcachas, cuises, conejos silvestres. Puede alimentarse de aves como copetonas, perdices y garcitas blancas y completa su alimentaci�n con diversos reptiles como v�boras, culebras y reptiles; y una variada serie de peces de agua dulce. Se constituye una dieta de amplio espectro, cuyos componentes var�an de acuerdo a la disponibilidad de los mismos a lo largo del a�o o seg�n las zonas.
El aguar� guaz� comparte con su pareja un territorio cuya extensi�n es de aproximadamente 30 kil�metros cuadrados. La pareja o el ejemplar solitario no admiten que otros miembros de su especie incursionen en el mismo pero acepta que otros carn�voros como el puma, el gato mont�s, el jaguar, as� como otros c�nidos, puedan morar con �l.
El territorio, donde construye su hogar y dentro del cual se alimenta, est� surcado por numerosas sendas que estos animales trazan durante sus constantes caminatas nocturnas. Tanto el macho como la hembra marcan diariamente con orina estos senderos.
La �poca de celo transcurre desde noviembre hasta febrero y el nacimiento de los cachorros se produce en el transcurso de las estaciones de oto�o e invierno, tras una gestaci�n que dura entre sesenta y setenta y cinco d�as. En cada parto nacen de uno a tres cachorros, que pesan 450 gramos y son de color oscuro, con la punta de la cola blanca.
En la Argentina, la poblaci�n existente es relictual, estim�ndose su n�mero entre los mil y mil quinientos ejemplares. Uno de los principales problemas es la extensi�n de las fronteras agropecuarias. Tambi�n han sufrido persecuciones debido a su piel y a supersticiones que asignan virtudes m�gicas o curativas a ciertas partes de su cuerpo. Es perseguido debido al inter�s que despierta como "especie rara". Su cr�a en cautiverio es bastante dif�cil. Se conocen m�s fracasos que �xitos en cautividad debido a su proclividad a contraer ciertas enfermedades como la Cystinuria que padece entre el 80 y el 85 por ciento de la poblaci�n de esta especie.
Acusado de atacar terneros y potrillos, infundademente ya que solo ocasionalmente habr�a capturado aves de corral, el inofensivo y misterioso aguar� guaz� ha ido retrayendo su �rea de dispersi�n. Con este animal se extinguir� no s�lo una valiosa especie que controla las poblaciones de roedores y reptiles y propaga las semillas de diversos frutos sino tambi�n la magia del paisaje nocturno... En las lunas de llena, cuando la extinci�n sea un hecho, nada nos sobresaltar� al recorrer los senderos.
Cristian Frers.
T�cnico Superior en Gesti�n Ambiental.
T�cnico Superior en Comunicaci�n Social.
Tte. Gral. Juan D. Per�n 2049 7mo. "55"
(1040) Ciudad Aut�noma de Buenos Aires.
Rep�blica Argentina.
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