(Autor: Cristian Frers)
La creaci�n de �reas tur�sticas, junto al desarrollo urbano y al crecimiento de la poblaci�n del lugar donde se establecen, provocan un fuerte impacto en el ambiente. Para que estas �reas funcionen, es necesario un mantenimiento constante e intenso que permitan conservar los atractivos naturales en el mejor estado posible para los visitantes.
Los desarrollos tur�sticos no deben tomar en cuenta solamente los intereses econ�micos, sino tambi�n el buen funcionamiento del ecosistema en el que se encuentran, puesto que, en �ltima instancia, de este �ltimo depende su �xito en el corto y en el largo plazo.
Salta a la vista que la ecolog�a y la gesti�n ambiental pueden aportar muchos conocimientos al turismo para permitir el desarrollo permanente de las actividades de este sector, conservando en primera instancia los recursos naturales y culturales del lugar en cuesti�n.
Los principios fundamentales del desarrollo sustentable, los cuales deben considerarse como una gu�a de estrategia, actitudes y hasta practicas personales, se basan en:
Podemos tomar como ejemplo uno de estos principios: Conservar la vitalidad y diversidad de la Tierra:
Todos sabemos que la evoluci�n constante y creciente del hombre ha sido posible gracias a la utilizaci�n que �l mismo ha hecho de los recursos que la naturaleza nos brinda. Sin embargo, en las �ltimas generaciones, el consumo, la utilizaci�n de dichos recursos y la forma en que los seres humanos realizan actividades, han comenzado a sobrepasar los l�mites de soporte del planeta.
Para controlar este problema y evitar que el deterioro contin�e sin pausa. Se debe tomar una actitud que permita conservar los sistemas sustentadores de vida que provee la naturaleza: en otras palabras, se debe manejar de otra manera los sistemas que mantienen el planeta apto para la vida, como el aire, el agua, el suelo, el clima y la biodiversidad.
A ning�n argentino le pasa inadvertido el auge que est� experimentando el turismo en el pa�s. Probablemente, sea una de las actividades que m�s oportunidades brinda para el desarrollo econ�mico y social a nivel nacional. Sin embargo, desde la ecolog�a surgen inquietudes acerca de la sustentabilidad, porque aunque se conocen las bondades del turismo, todo indica que al momento de distribuir los beneficios, se olvida de reinvertir en los sitios naturales o culturales que lo sostienen. Hasta ahora, casi nada es lo que vuelve a ser invertido para cuidar las �reas naturales, monumentos hist�ricos, jardines bot�nicos, ruinas, r�os, lagos, lagunas, playas, sierras o monta�as. Tal vez, donde mayor da�o se produce es en los sitios administrados por el Estado, donde no falta qui�n cree que estos sitios se cuidan solos. Cuando se visitan sitios como una reserva, un parque tem�tico o un museo privado, el tratamiento que se les da, parece ser otro.
Pero, cuidado: el desaf�o no consiste en privatizar todo, sino en profesionalizar el desempe�o del Estado. Porque en muchos sitios tur�sticos claves priman pol�ticas de descuido, donde los bienes, simplemente, duran o resisten, sin ning�n tipo de manejo ni de conservaci�n. Y, aunque no son pocos los defectos que presentan los casos bajo el dominio empresarial, replica un principio ganadero: cuidar la vaca que se orde�a, porque saben que, sin vaca, no hay leche...
Lo cierto es que sin importar qui�n lo administra, al recorrer los escenarios naturales o culturales donde arriba el turismo, no es dif�cil advertir los diversos impactos, derivados de una falta de medidas, de planificaci�n, de manejo, de control y de programas de conservaci�n.
El mayor d�ficit, se puede observar en la falta de planificaci�n de:
Podemos tomar como ejemplo: La caza y pesca ilegal:
Ya que se encuentra sin control o es desmedida, como la practicada con patos en el Litoral, palomas en el centro del pa�s o avutardas en la Patagonia, y con la asistencia de operadores y gu�as locales.
En gran medida, estos problemas son consecuencias de que los estudios de factibilidad se limitan �nicamente a los ingresos financieros, omitiendo las evaluaciones de impacto ambiental para medir el �xito de un modo integro. Tal vez, es hora que estas evaluaciones sean llevadas a cabo por profesionales como T�cnicos en Ecolog�a y T�cnicos en Gesti�n Ambiental, con el apoyo del Estado para dejar de despilfarrar nuestros recursos.
Se aproximan d�as en que las empresas deber�n calificar con certificados de calidad ambiental para posicionarse en el mercado. Y, aunque el camino es largo, es necesario iniciarlo con un primer paso. Es hora de darlo si se quiere aprovechar una de las m�s extraordinarias oportunidades que ofrece la naturaleza.
Cristian Frers.
T�cnico Superior en Gesti�n Ambiental.
T�cnico Superior en Comunicaci�n Social.
Tte. Gral. Juan D. Per�n 2049 7mo. “55”.
(C1040AAE) Ciudad Aut�noma de Buenos Aires.
Rep�blica Argentina.
E-mail: cristianfrers@hotmail.com